Full Length Research Article - (2022) Volume 17, Issue 6
FEAR OF SUCCESS IN COMPETITIVE ATHLETES: A STUDY FROM THE THEORY OF SUBJECTIVITY
Claudia Patricia Garcia2, Angela Urrea Cuellar1* and Jose Fernando Patino Torres3*Correspondence: Angela Urrea Cuellar, Facultad de Ciencias Sociales, Institucion Universitaria de Envigado, Antioquia, Colombia, Colombia, Email:
2Facultad de Ciencias Sociales, Institucion Universitaria de Envigado, Antioquia, Colombia, Colombia
3Psychology, Universidade Federal do Tocantins (Brasil), Brazil
Received: 18-Nov-2022 Accepted: 20-Dec-2022 Published: 20-Dec-2022
Abstract
The present work sought to understand the emerging subjective productions in competitive athletes who express fear of success. The study, inspired by González-Rey's theory of subjectivity, developed a cross-sectional qualitative and descriptive-interpretive methodology based on semi-structured interviews conducted with five athletes. The results show how success is neither the only nor the main focus of competitive athletes, since other subjective processes linked to social and affective recognition strengthen their motivation and confidence to face high sporting challenges. In this way, and by way of conclusion, the sports context, more than a space of popularity, social growth (fame) or economic, is a path of personal growth characterized by the creation of subjective resources that allow facing both sports and problems. of life in general.
Keywords
Subjective configurations. Fear. Success. Competitive sport
MIEDO AL ÉXITO EN DEPORTISTAS COMPETITIVOS: UN ESTUDIO A PARTIR DE LA TEORÍA DE LA SUBJETIVIDAD
Resumen: El presente trabajo buscó comprender las producciones subjetivas emergentes en deportistas competitivos que expresan miedo al éxito. El estudio, inspirado en la teoría de la subjetividad de González- Rey, desarrolló una metodología cualitativa transversal y descriptivo-interpretativa a partir de entrevistas semiestructuradas realizadas a cinco deportistas. Los resultados muestran cómo el éxito no es el único ni principal foco de los deportistas competitivos, pues otros procesos subjetivos ligados al reconocimiento social y afectivo fortalecen su motivación y confianza para enfrentar los altos desafíos deportivos. De esta manera, y a manera de conclusión, el contexto deportivo, más que un espacio de popularidad, crecimiento social (fama) o económico, es un camino de crecimiento personal caracterizado por la creación de recursos subjetivos que permiten enfrentar los problemas tanto deportivos, como de la vida en general.
Palabras claves: Configuraciones subjetivas. Miedo. Éxito. Deporte competitivo.
MEDO DO SUCESSO EM ATLETAS COMPETITIVOS: UM ESTUDO A PARTIR DA TEORIA DA SUBJETIVIDADE
Resumo: O presente trabalho buscou compreender as produções subjetivas emergentes em atletas competitivos que expressam medo do sucesso. O estudo, inspirado na teoria da subjetividade de González Rey, desenvolveu uma metodologia transversal qualitativa e descritivointerpretativa baseada em entrevistas semiestruturadas realizadas com cinco atletas. Os resultados mostram como o sucesso não é o único nem o principal foco dos atletas competitivos, visto que outros processos subjetivos ligados ao reconhecimento social e afetivo fortalecem sua motivação e confiança para enfrentar os elevados desafios esportivos. Desta forma, e a título de conclusão, o contexto desportivo, mais do que um espaço de popularidade, crescimento social (fama) ou económico, é um caminho de crescimento pessoal caracterizado pela criação de recursos subjectivos que nos permitem enfrentar o desporto e os problemas. da vida em geral.
Palavras-chave: Configurações subjetivas. Medo. Sucesso. Esporte competitivo.
Introducción
En la actualidad, el deporte competitivo se ha caracterizado por ser un tema de interés para la sociedad, debido a la importancia que genera el éxito deportivo por su equivalencia en cuanto a la riqueza económica, social y cultural (Dosil, 2008; Cox, 20108, citado por García, 2010). Las exigencias que el deportista competitivo tiene día a día para lograr sus objetivos, requiere de una preparación psicológica que tenga en cuenta las características de personalidad (Felman, 1995; Eysenck 1970; Cattell 1965; Allport 1961; Atkinson 1953; Morgan 1980; Weinberg y Gould 2007; Vealey 2002; Dosil, 2008), y el contexto social y cultural (William y James, 2001, citado por García, 2010; Vealey, 2002; Weinberg y Gould, 2010, Dosil, 2008), aparte de las exigencias habituales a las que se enfrenta el deportista, como son las habilidades y capacidades físicas, técnicas y tácticas.
Así como el deporte competitivo ha tenido su crecimiento en la actualidad, de la misma manera se ha experimentado un fuerte incremento de producciones subjetivas que influyen en el entrenamiento y resultados de los deportistas. Dentro de estas producciones se encuentran las situaciones de evitación, que se vinculan con ansiedad o miedo del deportista competitivo (Gimeno y Esquerro, 2006). Dentro de estos procesos subjetivos, la literatura entiende las conductas de evitación como un trastorno psicológico del miedo al éxito, que afecta la dimensión intelectual y motivacional del deportista hasta el punto de deteriorar su rendimiento, e incluso llevarlo a abandonar su carrera deportiva.
No obstante, e inspirados en los planteamientos de la Teoría de la Subjetividad de González-Rey (González-Rey, 2002; 2007b; 2011; González-Rey y Mitjáns- Martínez, 2017b), comprendemos que la dinámica subjetiva del deportista con miedo al éxito solo puede ser comprendida partiendo del hecho de que cada uno experimenta el proceso competitivo de manera singular (Weinberg y Gould, 2010; Valdés y Brandão, 2005). Lo singular de cada deportista se expresa, por ejemplo, en los distintos aspectos subjetivados como las actitudes, los valores, los intereses, las motivaciones, creencias en sí mismo y el reconocimiento individual y social (medallas, trofeo, dinero, entre otros).
En el caso del deporte, el miedo al éxito es definido por Hosek y Man (1989), como “el deseo de conseguir el éxito y ser mejor que los demás puede llegar a generar una tensión, ansiedad y miedo a fallar entre los practicantes” (p. 43) Así mismo, Tamorri (2004) comenta que:
Nikefobia (succes phobia) significa literalmente miedo a la victoria, fenómeno por el cual el atleta rinde más en entrenamiento que en la competición, falta sistemáticamente a los eventos deportivos más importantes y falla cuando está a punto de conseguir una victoria casi segura (p. 2).
En este contexto, el deportista con miedo al éxito expone dos características que se han observado en los estudios sobre el tema: por un lado, la reacción disfórica al conseguir un triunfo o al lograr una ventaja inesperada. Por otro lado, la generación de escenarios de evitación, mediante situaciones como una lesión o la propia evasión de responsabilidades en el momento de competir. (Ogilvie, 1968; Antonelli y Salvani, 1966).
Desde nuestro compromiso teórico con la subjetividad, consideramos que el deportista expone sus cualidades de forma única, como lo expone Weinberg y Gould (2010) al expresar que “la personalidad es el conjunto de todas las características que hacen que cada persona sea una persona única” (p. 26). González-Rey (2005), en esta misma vía, propone que el individuo es portador de emociones únicas y singulares, que adquieren sentido en el contexto o entorno social en el que se encuentra. De esta forma, el individuo es potencialmente “generador dinámico de procesos subjetivos que van más allá de cualquiera de los procesos que participaron de su génesis” (González-Rey y Patiño, 2017, p.121).
En articulación con la Teoría de la Subjetividad, González-Rey ha desarrollado la Epistemología Cualitativa (González-Rey, 1997, 2005, González-Rey y Mitjáns Martínez, 2016, 2017a) a partir de un carácter constructivo-interpretativo que permite “construcciones que están más allá de la conciencia, de la intención y del lenguaje intencional de las personas estudiadas.” (González-Rey y Patiño, 2017, p. 121). Esta epistemología permite la construcción de nuevas formas de inteligibilidad sobre los procesos psicológicos complejos, desde una aproximación que se deja atravesar por la riqueza de los contextos socioculturales.
En términos teóricos, la subjetividad la podemos definir como: 1) una parte de la experiencia psicológica (subjetividad no es sinónimo de psique), aquella que corresponde a los niveles más complejos; 2) una producción, que puede desarrollarse tanto en las personas individualmente, como en grupos, colectivos y familias; una producción que tiene un carácter simbólicoemocional y que emerge en una trama dialéctica entre individuos y sociedad; 3) Una producción paradójica entre lo singular y lo objetivo1; 4) un sistema que se entrelaza con otros sistemas de gran complejidad: la biología, la sociedad y la cultura (González Rey, 2002; 2005; 2008).
Complementando lo anterior, la subjetividad la entendemos como “una configuración compleja de sentidos subjetivos que se caracteriza por un flujo de procesos en los que procesos simbólicos y emocionales aparecen juntos como una nueva calidad diferenciada de todos los procesos que participan en su génesis” (González-Rey, 2016, p. 185, traducción del inglés).
Esta organización de diversos sentidos subjetivos, dentro de las configuraciones subjetivas, lo relacionamos analógicamente con la propuesta de Maturana y Varela (1987) cuando definen la configuración como “representaciones de sistemas autopoiéticos, que rompen con las dicotomías motivación-procesos cognitivos y personalidad procesos, tan enraizadas en la psicología”. Ambas aproximaciones nos permiten entender que “las configuraciones subjetivas siempre son producciones de un sujeto en acción que está situado en múltiples tramas sociales simultáneas que aparecen como objetividades recreadas por su imaginación” (González-Rey, 2013, p. 37), y es allí donde el sujeto desarrolla numerosas posiciones y recursos de acuerdo con la experiencia vivida. En este proceso, la personalidad es una categoría central para entender la forma como se sintetizan las producciones subjetivas en la persona.
La teoría de González-Rey nos permite entender la forma en que el deportista genera, sin tener consciencia, sus propios sentidos subjetivos, a partir de la expresión de la emocionalidad, lo cual está movilizado y enriquecido por elementos de su historia y por los escenarios subjetivados de los que participa. De esta forma, y desde lo epistemológico, el autor nos posibilita pasar de lo descriptivo a lo constructivo-interpretativo, a partir de una concepción de ciencia cuyos instrumentos, actitudes de pesquisa e instrumentos expresan un carácter dialógico y dinámico durante el proceso de la investigación.
Por lo tanto, se plantea comprender algunos procesos subjetivos que emergen en deportistas competitivos con miedo al éxito de las disciplinas deportivas de Karate, Taekwondo, Judo y Pesas de la ciudad de Popayán, Cauca, Colombia.
Método
Participantes
Los participantes seleccionados son cinco deportistas competitivos de género masculino entre 20 y 30 años, con tres años como mínimo de experiencia en deporte competitivo y que se les ha venido observado durante un tiempo extenso y prudente las características anteriormente descritas de los deportistas con miedo al éxito. Estos deportistas pertenecían a disciplinas de Taekwondo, Karate, Judo y Pesas, de la ciudad de Popayán (Cauca - Colombia), los cuales habían participado o clasificado, por lo menos una vez, a juegos nacionales y a campeonatos a nivel internacional. Un criterio era que los deportistas estuvieran activos en el deporte competitivo, o como máximo que estuviesen retirados del mismo en un período no mayor a un año.
Instrumentos de Medida
De esta manera el instrumento es una herramienta interactiva, que facilita la expresión abierta y comprometida tanto del investigador como del sujeto investigado, integrando toda la información en un proceso que facilita la emergencia de sentidos subjetivos en el curso de las conversaciones, los cuales se integran en las representaciones teóricas desarrolladas por el investigador (González-Rey, 2007b).
1La subjetividad tiene un carácter objetivo, en la medida en que es un macroconcepto que abre caminos de inteligibilidad para explicar las producciones simbólico-emocionales en diferentes contextos histórico-culturales. Este valor heurístico que ha conquistado la categoría es el resultado, en parte, de cómo la Teoría de la Subjetividad ha ganado relevancia en distintos espacios sociales de investigación nacionales e internacionales. Sin embargo, este carácter de objetividad que tiene este sistema de pensamiento se nutre, a su vez, del carácter singular de la producción subjetiva que logra exponer en su marco explicativo. Es en este punto en el que Teoría de la Subjetividad y Epistemología Cualitativa se vuelven una unidad para promover la legitimación de lo singular como producción científica válida.
La dinámica conversacional tuvo los siguientes ejes orientadores en el trabajo de campo: significado de éxito deportivo, emociones y sensaciones de los deportistas competitivos con el miedo al éxito, producciones subjetivas negativas cuando se logra el éxito y experiencia subjetiva durante entrenamiento y competición. Consecuentemente se procedió a realizar la entrevista con cada deportista. Al entrar en contacto con cada uno de ellos, se les presentó una carta de consentimiento informado en el que se explicaba el objetivo de dicha entrevista, el anonimato de su identidad y el permiso para grabar la entrevista. Los encuentros tuvieron una duración aproximada entre 40 y 50 minutos, llevándose a cabo en las instalaciones de cada liga deportiva, con excepción de una que fue realizada vía telefónica debido a que el deportista se encontraba por fuera del país.
Resultados
A continuación, se exponen los resultados construidos analizados desde la teoría de la subjetividad de González-Rey (2007a). Para llegar a estos resultados se realizó una minuciosa y cuidadosa revisión bibliográfica de investigaciones que abordaron, como fenómeno científico, al deportista competitivo con temor al éxito, para posteriormente hacer el análisis desde las cuatro categorías escogidas, que son: significado de éxito, sensaciones y emociones en deportistas competitivos con miedo al éxito, producciones subjetivas negativas cuando se logra el éxito, experiencia subjetiva del entrenamiento y competición (Tabla 1).
Deportista | D1 | D2 | D3 | D4 | D5 |
---|---|---|---|---|---|
Subcategoría | |||||
Identidad | 1 | 2 | 3 | 4 | 5 |
Sexo | Masculino | Masculino | Masculino | Masculino | Masculino |
Edad | 20 años | 25 años | 21 años | 25 años | 30 años |
Deporte que practica | Karate-Do | Pesas | Judo | Karate-Do | Taekwondo (retirado hace 10 meses) |
Tiempo de practicar ese deporte | 12 años | 11 años | 13 años | 13 años | 19 años |
Número de juegos nacionales que ha participado o clasificado y puesto ocupado | Clasificó a juegos del 2015 Puesto: Por lesión no asistió |
Participó juegos 2012 y 2015 Puestos:4 y 4 |
Participó juegos 2012 y 2015 Puestos:7 y 9 |
Participó juegos 2012 y 2015 Puestos:6 y 7 |
Participó en juegos 2012 y clasificó a juegos 2015 Puesto:4 |
Número de campeonatos internacionales que ha participado y puesto que ocupó | Clasificado a cuatro de los cuales participó en uno 2011 Puesto:2 |
Dos 2008 y 2011 Puestos: En ambos el 1º. |
Nueve 2007(2), 2008 (2), 2009(2), 2011, 2013(2) Puestos: 1º, 1º, 2, 2, 3, 2, 3, 4,7 |
Uno 2006 Puesto: 4 |
Dos 2011 y 2013 Puestos: En ambos el 1º. |
Como se puede analizar en la tabla 1, estos deportistas se destacaron alguna vez por ocupar el primer lugar en campeonatos muy importantes, algunos de ellos lo hicieron una vez, otros dos veces, después de esto empezaron a ocupar regularmente el segundo puesto, luego el tercero y por último llegaron a ocupar puestos entre el cuarto y el noveno lugar.
Acerca Del Significado de Éxito
Por medio de esta categoría se pretendió identificar y describir el significado de éxito, indagando cuáles fueron los campeonatos más significativos, qué significado tiene el éxito en la vida en general y qué significado tiene como deportista y en qué momento se sintió exitoso.
En cuanto a los campeonatos más significativos, se resalta en los cinco deportistas que llegar a una final y poder clasificar a un torneo internacional es lo más relevante para su carrera. Es igualmente significativo, para dos de los cinco deportistas, el ser escogidos para la selección nacional de Colombia; para otros dos participantes, lo más significativo fue haber logrado el primer lugar; y para uno de ellos fue un campeonato que, pese a no haber estado en el podio, fue muy valioso debido al apoyo y ánimo que le dio su entrenador sabiendo que era uno de los favoritos.
Deportista # 1: “El más significativo fue el de barranquilla [segundo puesto] y otro que fue significativo para mí es el de San Antero (Córdoba). El de barranquilla fue muy significativo porque me dio la clasificación a otro internacional y era como el momento en el que me sentía mejor en el deporte, y el segundo creo que ha sido el bajón más grande que he tenido en el deporte, porque, pues eso fue en Cali, y el “sensei” (maestro) que estaba con migo en ese momento era seleccionador Colombia, y él me tenía mucha fe y me decía que yo estaba muy bien, y el juraba que yo iba a quedar de primero o de segundo, que yo iba a arrasar que yo estaba muy bien, muy bien, muy rápido…. Él siempre me alentaba, me apoyaba, así no hubiera podido ganar…”
Deportista # 2: “Las dos selecciones Colombia y el juvenil que me dio la oportunidad de clasificar al panamericano de México, son significativos porque, simplemente yo solo fui a competir por el departamento del cauca y ya!, cuando me dieron la noticia de que estaba convocado a la selección Colombia juvenil y que iba para el panamericano a México, y cuando fuimos al panamericano, fuimos cuatro, dos de Antioquía, uno de Atlántico y Yo, y el único que quedó campeón panamericano fui yo, entonces por eso es significativo.”
Deportista # 3: “En general los panamericanos son más importantes, porque es toda américa, después en los que participé en Canadá y pues los suramericanos y ya.”
Deportista # 4: “Gané medalla de plata la primera vez que debute en mayores que es categoría elite a nivel nacional y era importante clasificatorio a el nacional del 2012, ahí quedé de segundo, y en Medellín quedé en mi categoría elite y quede de segundo contra competidores que tenían mucho fogueo internacional.”
Deportista # 5: “El primer nacional de cinturones negro que gané, en el 2005 de 22 años porque reafirmó mucho lo que yo esperaba en cuanto a la competencia, me sentí que sí podía pelear de tú a tú con los departamentos grandes.”
En este trecho de información, se puede ver cómo el relato de los deportistas expresa una producción de realidades subjetivas que permiten expresar emociones, configurándolas en diferentes aspectos, como son: sentirse orgulloso de su logro sin importar el puesto logrado y de alguna manera creer en sí mismo; la importancia de clasificar a nivel internacional y, como se ve en el deportista No. 1, sentirse respaldado emocionalmente a pesar de los malos resultados. Así, los significados que los deportistas generan en relación con los campeonatos nos permiten entender la calidad emocional de su experiencia subjetiva a partir de un sujeto concreto individual pero social y subjetivamente configurado en el escenario deportivo, en su entorno familiar y en el lugar de entrenamiento y competencia. De esta manera, los cinco deportistas resaltan que, más que ganar, lo significativo es clasificar a un campeonato internacional, porque el deporte competitivo así lo exige, competir internacionalmente es la forma de evaluar su rendimiento y lograr su éxito como deportista. Conforme a esto que estamos planteando, el Deportista # 1 nos compartió: “Es que como deportista creo que es como más un crecimiento personal. O sea, yo me considero exitoso independiente de los resultados que haya obtenido, yo me considero exitoso en el deporte porque me ha ayudado mucho”
Y el Deportista # 3, a su vez, “Como deportista el éxito no es solamente ganar, pero el éxito como competitivo que soy es encontrarme a mis ídolos y ver que me enfrenté a ellos y ver que me superé y empecé a mejorar entrenándome, preparándome, no es tan importante el resultado o bueno si es importante, pero el éxito está en el progreso.”
Es claro que el objetivo más importante en los deportistas competitivos es el logro de buenos resultados, que lo acercan cada día más a posicionarse entre los mejores a nivel mundial, lo que nos permite entender que el significado al éxito producido por el deportista, dentro de la subjetividad social, es ganar. No obstante, las producciones anteriores de los deportistas # 3 y 4 abren una nueva concepción del éxito, ligado a otros campos de la existencia como la superación de la timidez en situaciones sociales, o el reconocimiento de la participación deportiva con “ídolos”.
Esta información nos podría posibilitar un primer indicador: que, en los deportistas competitivos, la emoción tiene un papel fundamental en la calidad de la experiencia subjetiva que se genera. Pareciera, hasta el momento, que es tan importante ganar la competencia, como también: 1) la calidad del vínculo emocional que se produce con el entrenador, 2) la representación deportiva que se realiza sea en una competencia nacional o internacional; 3) la superación de miedos personales y el sentirse capaz en dicho proceso. En todas estas situaciones, las emociones tienen un lugar preponderante.
En cuanto al significado que tiene el éxito en la vida en general, para tres deportistas se trata de lo siguiente:
Deportista # 1: “¿El éxito para mí?... No sé claramente qué es el éxito, pues digamos en el estudio por ejemplo en este momento para mi es poder salir del país, hacer una tesis para salir del país y eso pues considero que es una meta y el éxito que yo busco para mi carrera [universitaria] en este momento.”
Deportista # 2: “El éxito es cumplir las metas que uno se traza, pues es llegar a triunfar en la vida, el objetivo que tiene uno como ser humano es ser feliz, buscar la plenitud.”
Deportista # 3: “Conseguir las metas que te propones, eso es el éxito es la forma más simple de describir el éxito.”
Un elemento interesante que refuerza nuestro indicador anterior, y que aparece en estos nuevos trechos, es que el éxito no está solamente referido a las experiencias deportivas, sino que éste se relaciona con diferentes ámbitos de la vida, como la carrera universitaria (deportista # 1). Las metas parecen ser uno de los puntos significativos de lo que sería una experiencia exitosa. En ese sentido, cumplir sueños y objetivos hace parte de lo que sería, de acuerdo con la expresión de los participantes, una vida con éxito. En el deportista # 3, por ejemplo, el significado del éxito se articula con la presencia de sentidos subjetivos configurados en su espacio individual, pero vinculados en la actuación como deportista en el contexto social (González-Rey, 2007b). Así lo expresa este deportista al preguntarle qué significado tiene el éxito en su vida en general: “Lograr lo que mi ser siempre ha querido, en todo lo que yo me he proyectado, en todo lo que yo me he preparado para lograrlo y poder demostrarlo que puedo hacerlo y que la gente vea que es posible hacerlo”. Es una producción de significados y sentidos subjetivos que subyace a lo que quiere ser él, disfrutar de su espacio, sin las presiones que exige el deporte de rendimiento, pero sin olvidar que la subjetividad social del mundo deportivo tiene altas exigencias.
Para el deportista # 5, su producción subjetiva es diferente, en parte debido la retirada deportiva que había tenido hacía diez meses, ya con 30 años. Estar retirado implica participar de otros procesos relacionales que posibilitaron nuevos sentidos subjetivos no necesariamente vinculados a las presiones que tiene el deportista competitivo que está en actividad. En este sentido, este deportista comentó: “Yo creo que el significado del éxito ha mutado bastante, para mí el éxito es la tranquilidad en mi familia, eso para mí de verdad es el éxito, antes lo medía en dinero, en ese tipo de cosas.”
Lo interesante de contar con un participante recientemente retirado es justamente la oportunidad que tenemos de mostrar la movilidad de la producción de sentidos subjetivos en relación con el éxito. Ya en situación de retiro, el deportista # 5 genera nuevos focos de su vida, ahora vinculados a una vida familiar. Esto, nos parece, ser un indicador de desarrollo subjetivo (González-Rey y Mitjáns-Martínez, 2017b), en la medida en que el individuo abre nuevos campos de subjetivación que no se limitan a la experiencia deportiva de élite.
Para los deportistas # 2 y 5 el significado del éxito deportivo es más congruente con el perfil del deportista competitivo al tener en cuenta la participación de unos juegos olímpicos, así: Deportista # 2: “Pues para todo deportista es cumplir un sueño, es cumplir un ciclo olímpico y poder llegar a unos juegos olímpicos, culminar eso para mí es el éxito como deportista” y Deportista # 5: “El éxito lo medía en cosas… Antes el éxito como deportista eran los olímpicos no más y en cierta medida eran como los juegos nacionales también”.
Estas expresiones, si bien pueden estar configuradas en la subjetividad individual de cada deportista, dialogan de forma tensa con los aspectos promovidos en la subjetividad social de los contextos deportivos de alto rendimiento caracterizados por la constante presión y exigencias en los resultados. Esta interlocución entre subjetividad individual y social nos parece, aquí, tener un valor con capacidad de extrapolación heurística.
En cuanto al momento de sentirse exitoso, cuatro de los deportistas creen que lograr el éxito es cuando se llega a una final así no ocupe el primer lugar, también cuando se está en la selección Colombia o se trazan metas, solo uno de ellos afirmó que el éxito se consigue cuando se gana el primer lugar.
Deportista # 1: “Cada que llegaba a una final” …” Aunque casi siempre quedaba de segundo”
Deportista # 2: “Cuando fui selección Colombia, pues fui uno de los mejores deportistas que ha tenido el Cauca, que ha llegado a ese logro de ser selección Colombia juvenil y ser campeón panamericano y cuando fui selección Colombia prejuvenil, que fue la primera vez, que hice parte de la primera selección que iba a ese torneo y fui el primer colombiano que iba a ese torneo y el primer Caucano que lo había logrado”
Deportista # 4: “Cuando me he trazado planes de entrenamiento. Entrenas y entrenas y estas más rápido más fuerte más seguro, esos son factores de éxito y pues… también ganar”
Deportista # 5: “En el 2010, a pesar de que no tuve grandes logros en cuanto a medallas, pero tenía un suramericano, a puertas y cada día que me levantaba por lo bien que estaba haciendo las cosas, me sentía un tipo totalmente exitoso.” Estas afirmaciones dan cuenta de dos aspectos: por un lado, ser deportista implica el valor ético del trabajo, configurado subjetivamente en la vida de la persona. Decimos configurado subjetivamente, en la medida en que no es simplemente un hábito, sino realmente un campo motivacional que genera producciones subjetivas ligadas al enfrentamiento y la superación de las propias limitaciones. Por otro lado, también percibimos en el deportista # 5 una producción subjetiva, aparentemente menos competitiva. En este sentido, la motivación estaría menos ligada a las medallas en cuanto logro, sino a la posibilidad de “hacer bien las cosas”, lo que implica comprender el éxito en una visión no necesariamente productivista (Ogilvie, 1966, citado por Metzler y Conroy, 2004).
Emociones y Sensaciones de Los Deportistas Competitivos Con Miedo al Éxito
Esta categoría tuvo como objetivo comprender algunas producciones subjetivas relacionadas con las emociones y sensaciones que tiene el deportista competitivo con miedo al éxito. Este campo fue abordado indagando el significado de ser deportista competitivo, el significado que tiene ganar o perder una competencia, qué dice el entrenador, amigos y familiares en estos dos aspectos, cuáles son los pensamientos y sentimientos cuando se gana o cuando se pierde, y qué pasa en el escenario deportivo frente a un triunfo o una derrota.
Para los cinco deportistas el significado que tiene el ser deportistas competitivos es la formación del carácter, ser más fuertes, perseverar a pesar de las derrotas, de las caídas, de los esfuerzos. El Deportista # 1 señala que: “Para mí es un significado muy valioso, porque a uno le forma el carácter ante la vida, saber cómo defenderse, saber el decir no, el aguantar, pues porque cuando uno entrena hay que aguantar el dolor, aguantar los golpes, en la vida yo creo que eso sirve, por ejemplo, cuando uno se lesiona, volverse a parar y seguir adelante, eso es lo que yo pienso del deporte competitivo”.
Igualmente, el deportista # 3 comenta: “Como competitivo, pues nada… a levantarme. Eso es lo que he aprendido siempre, a caer y levantarme, uno nunca es invencible, uno no es el papá de los pollitos, cualquiera puede perder en cualquier momento, por más preparado que esté, aprender de los errores”.
Finalmente, el deportista # 4 nos comparte: “No creo que signifique nada, es más lo de ser competitivo eso queda dentro de mí, el deporte y el arte marcial forman el carácter para resistir muchas cosas”.
La producción de significados sentidos subjetivos subyacentes en las expresiones de los deportistas, dan cuenta del lugar que el deporte tiene en sus vidas. Esto excede la visión clásica que plantea que ellos solo están motivados para lograr el éxito dentro del contexto deportivo y sociocultural. Pareciera reforzar, estos nuevos hallazgos, lo que anteriormente habíamos comentado en relación con el valor del trabajo y el esfuerzo por superarse. De esta manera vamos consolidando nuestra hipótesis en relación con ser el deporte un campo posibilidades para el desarrollo subjetivo de las personas, inclusive más allá de las medallas y campeonatos ganados. En síntesis, vemos entonces el deporte como campo formativo.
Ahora bien, el deportista # 5, quien hace una reflexión más flexible y sin presión por estar ya retirado como deportista competitivo, nos cuenta el lugar que tiene el deporte en su vida personal en la actualidad y el compromiso emocional cuando habla de su familia: “Haber sido deportista fue un gran orgullo, me abrió las puertas en todos los aspectos. Cuando me retiré me di cuenta de todo lo que había logrado, a pesar de no alcanzar ciertas metas, pues eso queda ahí, pero sabía que era importante para mi familia, que era un gran ejemplo para mi familia, mis sobrinos querían ser como yo, a pesar de no lograr siempre ganar”.
En cuanto al significado de ganar una competencia, tres de los cinco deportistas expresaron su compromiso emocional frente al éxito desde su propia subjetividad individual. Así: Deportista # 1 dijo: “Que hice las cosas bien, que fui un deportista íntegro”, el deportista # 3 “Pues que ha valido la pena, el esfuerzo y entreno”, y el deportista # 4: “alegría, emoción, triunfo, éxito, no sé...”.
El deportista # 2, refiere que es muy significativo ganar porque le da reconocimiento a su departamento y al deporte y finaliza con la importancia que tiene tanto para él como para su familia, así: “Tiene un significado muy grande, pues porque uno pone en alto el nombre de su departamento, el nombre del deporte, el nombre de uno, el nombre de la familia, yo creo que eso es muy bonito, porque no todo el mundo logra estar en un podio, ser campeón y para la familia es algo de orgullo”.
Como explica González-Rey (2007b), la experiencia subjetiva del deportista representa un importante punto de encuentro entre la subjetividad individual y la subjetividad social, persona capaz de generar espacios de subjetivación y desarrollo dentro de los diferentes espacios sociales en los que interactúa. De esta manera, el deportista integra procesos psíquicos que permiten expresar sus sentimientos y emociones que le dan sentido a su vida personal y familiar, al tiempo que responder a un compromiso social con su departamento.
En cuanto a los sentimientos y pensamientos expresados en el escenario deportivo cuando se gana una competencia, los cinco deportistas coinciden en ser poco efusivos, más bien retraídos o calmados; en cuanto a sus pensamientos, tres de los deportistas se enfocaban en las personas más significativas. En este sentido, el deportista # 1 expresó: “Generalmente no soy muy emotivo ni nada por el estilo, a veces abrazar al “sensei” [entrenador] y nada más… de pronto los pensamientos si se me venían a la mente, por ejemplo cuando ganaba, decía que sí valía la pena cada que iba al entreno y que me lo merecía y cuando perdía, pues me daba vaina [sensación de incomodidad], pero igual no era de mucha importancia ganar o perder, digamos que para mí sí, pero para mis papás no, entonces pues no pasaba nada, todo seguía igual.”
Ya el deportista # 2 dijo: “Nooo… nada, solo abrazar a mi profesor y ya, luego subir allá al podio, no más.”; y el deportista # 4 manifestó: “Pues ser muy prudente, darle gracias a dios y llamar a mi mamá. Trataba de mostrar mi alegría, pero sin ofender a los contrincantes, porque no es bacano [agradable] cuando la otra persona pierde.”, El deportista # 5 dice “Al principio siempre gritaba en la mente las peleas a mi mamá y siempre buscaba a la persona con la que yo entrenaba, pero de forma muy calmada, como de mirar al cielo, persignarme [rezar] y sonreír un poco.”
Con estos relatos podemos interpretar que los deportistas no siempre son efusivos cuando expresan sus sentimientos al ganar o al perder. Creemos que la disciplina de su oficio exige no solo entrenamientos a nivel físico-técnico, sino también un cierto control emocional para enfrentar los desafíos deportivos. No creemos que haya un “distanciamiento emocional”, sino que más bien es necesario tener una disposición subjetiva que implique emociones que sean simbolizadas en la configuración de la acción deportiva. Cuando hablamos de emociones simbolizadas ratificamos, en este estudio, el valor que tiene estudiar la subjetividad en tanto articulación de lo intelectual-emocional del fenómeno deportivo.
Otro aspecto que nos parece relevante es la forma como se producen significados y sentidos subjetivos configurados en un espacio social concreto como es la familia, el barrio, la comunidad o la escuela, y donde se reconocen elementos de la historia del individuo dentro de una historia social (González- Rey, 2005). De allí que, en algunas experiencias, la motivación por ganar esté atravesada por el compromiso con la familia, con el entrenador, así como con el respeto al contrincante.
Cuando se pierde una competencia, los deportistas refieren que queda la experiencia para seguir y tratar de lograr ganar la próxima vez, algunos de ellos expresan tener todas las capacidades para ser el ganador, pero por falta de confianza en sí mismo fallan. Igualmente, algunos se excusan en otros motivos al no lograr ganar. Así se expresaron los deportistas cuando se les preguntó qué significado tenía perder una competencia: Deportista # 1:
“Significa que he evolucionado, pues primero era difícil porque cuando se ganaba pues bien, pero cuando se empieza a perder te das cuenta que no eres el mejor, sentía como frustración, pero después era como una señal para seguir entrenando, y ya después cuando las últimas veces que perdía, ya no era frustración sino como rabia conmigo mismo, porque yo sabía que tenía todo para ganar pero que me hacía falta ese pequeño pedazo de mentalidad que hace la diferencia allá arriba, como una falta de confianza en mí mismo.”.
El deportista # 2 expresó: “queda una experiencia competitiva de que debe mejorar la técnica o la forma de competir, pero es algo muy doloroso cuando se ha perdido una medalla y más cuando uno sabe que pudo ser campeón.”. El deportista # 3 en su relato dice que nunca le ha gustado perder, pero que se resigna porque eso pasa, aunque su cabeza nunca está preparada para perder, y agrega: “todos perdemos, no he visto a una sola persona que no haya perdido, el campeón olímpico, el campeón mundial, Yo he peleado con los campeones olímpicos, yo he lanzado campeones olímpicos, pero ellos, lo importante es que ellos siguen, no hacen lo que yo hice, que fue ponerme a descansar, ellos siguen y siguen en la constancia, la dedicación, como lo han hecho toda la vida”
En este trecho podemos interpretar que los sentidos subjetivos generados por los deportistas con miedo al éxito están configurados por un anhelo de evitar el éxito, porque aun sabiendo que pueden lograrlo dudan de sus capacidades para ganar o avanzar. La reflexión del deportista # 3 es muy importante, en la medida en que nos indica el valor que tiene la constancia y dedicación, justamente lo que él siente que le faltó para avanzar en su carrera deportiva.
Este miedo al éxito también puede verse en el deportista # 5: “Me criticaba, me daba golpes de pecho, era una ansiedad tenaz… tenaz, era un desenlace horrible yo siempre perdía mis peleas al final, perdía regularmente el primer puesto, me daba mucho temor, temor perder”. Los procesos subjetivos de este deportista, al expresar sus emociones de ansiedad y temor a perder el primer lugar, muestra aspectos colaterales que están fundamentados en elementos de su historia individual (creencias, vivencias y experiencias) que se configuran en nuevos sentidos subjetivos en la subjetividad social (González-Rey, 2005). El miedo al éxito, expresado por los deportistas # 3 y # 5 nos dan algunas pistas para pensar en una posible teoría de la subjetividad en el mundo del deporte.
Un punto que aparece en diversas informaciones, durante el trabajo de campo, es el papel que cumplen la familia, el entrenador y los amigos en la experiencia deportiva. Esto nos podría sugerir que la experiencia deportiva, en tanto producción subjetiva, dista de ser una historia solamente del individuo. Por el contrario, el reconocimiento como deportista competitivo parece ganar relevancia subjetiva en la medida en que es compartido con otros. El deportista # 1, al respecto, expresa: “Mi familia se sentía orgullosa porque había quedado campeón y les daba alegría. En especial mi mamita, que se sentía orgullosa de mí. Y mi entrenador contento por ser el resultado de muchos días de entrenamiento, mis amigos me abrazan, me molestan”.
El deportista # 2 dice: “Cuando ganaba me felicitaba, mi mamá siempre me apoyó”. El deportista # 4: “Me llamaban a felicitarme, una de mis hermanas siempre pendiente de mí, y me pasaba a mis sobrinas, felicitándome”.
Estas figuras que componen el tejido social del deportista ganaban inclusive más importancia cuando se perdía alguna competencia. El apoyo emocional de sus familias y amigos, al igual que el sustento moral y económico, brindan tranquilidad frente a la frustración por el objetivo no alcanzado. Así, el Deportista # 1 expresó: “Pues mi mamá hablaba con el “sensei” [entrenador] y él le decía que perdía por falta de actitud, por alguna bobada, siempre me decían, no pues tantos entrenos y va y pierde… entonces me reprochaban, pero no de una forma mala, si no para mejorar”. El deportista # 2: “Mi mamá es sobre todo el apoyo moral, de que uno debe que seguir entrenando, de que debe de levantarse y seguir entrenando para poder lograr el objetivo en la próxima competencia, que es ser campeón o bueno… medallista”. Este apoyo sugiere tanto acogimiento ante la pérdida, como la preparación para nuevos desafíos deportivos.
Cuando indagamos con el deportista # 2 en relación con la experiencia del entrenador ante la pérdida, comentó: “Se siente desconsolado con uno, porque pues el triunfo no es de uno sino del entrenador y… [Silencio] y del deportista y yo creo que el entrenador también se debe de sentir frustrado de que uno no haya podido ganar la medalla. El que va a quedar campeón es uno, pero detrás está el entrenador, la familia, la gente que lo apoya a uno, entonces pues es importante saber lo que van a pensar ellos”. El deportista # 3, relacionado con lo anterior, decía: “Mi familia [Papá, mamá y hermano] me ha apoyado siempre, siempre, en todo momento, el apoyo ha sido tanto económico, como de tiempo, de apoyo, moral, en todo. Mis amigos me decían que, si estaba peleando bien, que porqué perdí, pero en general el apoyo de todo el mundo está ahí, siempre, pase lo que pase”. Y el El deportista # 5 expresó: “De mi mamá siempre el apoyo, pasara lo que pasara. Pero mis amigos, ellos siempre me apoyaban. Yo creo que el taekwondo si algo me abrió fue esa puerta, porque yo era un hombre muy retraído, me costaba hacer amigos, pero los amigos eran un gran apoyo”.
De esta manera el deportista con miedo al éxito, quien es portador de emociones únicas y singulares que adquieren sentido en el contexto deportivo (González-Rey, 2005), configura un tipo de motivación particular y dependiente de sus vínculos con diversas figuras: la familia, en especial la madre, sus amigos y el entrenador. En esta vía, el deportista con miedo al éxito, más que demostrar su verdadero potencial, siente la necesidad de sentirse apoyado, acompañado y respaldado, de sentir afecto. La afiliación que tiene el deportista con su familia, amigos o entrenador, es la que hace que el deportista trate de aproximarse al éxito, acercarse al primer lugar, pero el significado subjetivo que el deportista le da a una competencia es más de complacer a otros, porque su objetivo final no se reduce a ello.
Producciones Subjetivas Negativas Cuando se Logra el Éxito
Por medio de esta categoría se pretendió identificar algunas producciones subjetivas percibidas como negativas cuando se logra el éxito. Si bien pareciera que éxito y miedo son categorías excluyentes, creemos que en algunas experiencias subjetivas hay una estrecha relación entre ambas. De allí que queríamos indagar si alguna vez el éxito deportivo había sido experimentado de forma negativa, al igual que saber qué experiencias o expectativas se generaron frente a esto.
Los cinco deportistas afirmaron que el éxito deportivo les ha traído aspectos negativos a su vida personal, familiar y social en general. Para el deportista #1 el tener éxito lo hacía sentirse mal, pues creía que aumentaban las expectativas frente a nuevos campeonatos. Respecto a si alguna vez el éxito en una competencia deportiva no ha sido positiva a nivel personal, familiar o para alguien especial, respondió: “Sí. No ha sido positiva para mí, eso pasó cuando en una competencia gané y clasifiqué a unos universitarios, pero no sé, en ese momento estaba pasando por algo extraño, que competir me daba miedo, en vez de alegrarme me estaba generando más angustia, porque era por los resultados que traía, porque entrenaba, lo daba todo y a lo último lo echaba todo a perder… es como una contrariedad, pero eso no me alegra, no tengo ganas de ir, no quiero competir, sintiera como que tuviera dos caras, como todo bipolar”.
Este relato está cargado de gran emocionalidad, no solo está expresando un momento actual de un sistema de relaciones, sino de su propia historia de vida, a partir de sentidos subjetivos generados en relación con el entorno social (González-Rey, 2008). Para este deportista, ganar implica una condición paradójica: felicidad por el logro, al tiempo que angustia por la demanda que surge y que será mayor a la anteriormente alcanzada. De alguna forma, este deportista nos ilustra cómo ganar y perder están sumamente ligados en la producción subjetiva del mundo deportivo. Se gana una medalla, pero este es un momento efímero. Se pierde rápidamente dicho momento de éxito, y esto inaugura una nueva exigencia de conseguir algo mejor.
Para el deportista # 2, el efecto de tener éxito en un campeonato fue negativo, tanto para él como para su familia, así: “Sí, no ha sido positiva porque cuando yo gané el panamericano, me empezaron a pagar y yo lo que hice fue que dejé de entrenar, pues ya había logrado el éxito, pues yo me dije ya soy selección Colombia y dejé de entrenar, bajó mucho el ritmo de la competencia y me dediqué a otras cosas pues que no debía y por eso fue que también no cogí la medalla en juegos nacionales. Me dejé llevar de los amigos, en ese entonces también tenía una noviecita, fueron muchos factores la cual incidieron para no seguir entrenando, me dio aburrimiento volver a entrenar. No quería hacer nada, solo quería estar en mi casa, acostado y pues mi mamá se disgustó mucho por eso, entonces creo que el éxito ahí no fue positivo”.
El relato anterior nos enseña cuan distanciados a veces nos encontramos de la experiencia subjetiva del éxito de los deportistas. Muchas veces los deportistas son juzgados, moralmente, por no ser capaces de mantener el éxito, desconociendo toda la trama subjetiva que se genera en esta forma de vida. Para el deportista # 2, haber ganado un salario y reconocimiento social, más que generar mayor motivación como se podría afirmar desde teorías comportamentales basadas en el reforzamiento y el poder del ambiente sobre el individuo, es generador colateral de desmotivación. Inclusive, podríamos afirmar que, en este caso singular, hay indicios de una depresión por el éxito (Antonelli y Salvani, 1966).
De allí la importancia justamente en indagar por los sentidos subjetivos que están en el fundo de esta situación, y no solamente poner nuestro interés en los comportamientos o en los significados más racionalizantes. Adicionalmente, este deportista complementa diciendo: “Y para mí familia, pues mi mamá también se vio afectada porque como me pagaban, pues dejé de estudiar, se me subió como todo el ego a la cabeza.”. Las respuestas emocionales del deportista, que están configuradas en el entorno deportivo y que expresan un momento en el cual se vinculan los sentidos subjetivos individuales con las producciones subjetivas a nivel social, son un indicador del miedo a mostrar su verdadero potencial cuando se aproxima al éxito.
Esta situación paradójica éxito-desmotivación, por tanto, no puede ser entendida solamente como una experiencia individual. En Colombia, suele ocurrir que muchos deportistas, cuando alcanzan fama y reconocimiento económico, pierden la constancia y la disciplina en su oficio, y por tanto el rendimiento que los llevó en cierto momento al éxito. Estas producciones subjetivas nos hacen pensar que, en algunos casos, lo que orienta a un deportista es más su necesidad de consumir nuevos bienes simbólicos y materiales, al igual que ganar reconocimiento social, más que su propio compromiso con su oficio. Esto está tensamente ligado con una subjetividad social del mundo deportivo colombiano que genera producciones subjetivas ligadas a la vanidad, a la apariencia y la instantaneidad consumista de la vida.
En un país cuyos deportistas competitivos son, en su mayoría, provenientes de sectores que han vivido históricas situaciones de injusticia y desigualdad social, la búsqueda por el reconocimiento (social, material y simbólico) se puede tornar – o no - en un motor de desarrollo subjetivo. Ciertamente, muchos deportistas competitivos, al conseguir recursos financieros resultado de su éxito, suelen perder la orientación que en algún momento los llevó a triunfar. Trabajar en procesos formativos con deportistas competitivos, especialmente en la generación de valores sobre el ser deportista, es un desafío que se abre dentro de la psicología deportiva desde una perspectiva de la subjetividad.
En otra vía, el deportista # 3 expresa emociones significativas que son indicadores del respeto que tiene por sus ídolos o amigos contrincantes, así: “La verdad yo siempre he sido muy juicioso, una persona muy dedicada, pero como he sido una persona tan noble, tan amigable, yo he sido amigo de casi todos los de la selección Colombia, he entrenado en muchos lugares en Colombia, en muchas ligas, yo no me meto en problemas de liga, en problemas de amigos, pero… y soy muy amigo de todos, porque me cae muy bien la gente, los aprecio, trato de unir la gente, de hacer una familia y el problema es que muchas veces me ha tocado competir con un compañero, luchar con un gran amigo, es molesto porque igual se entrenan como uno, y yo les gano o me han ganado también, y uno trata de separar las cosas, pero de alguna manera se unen y eso es lo difícil”.
El relato presenta un efecto colateral de la subjetividad social del mundo del deporte: el enfrentarse a perder la filiación con amigos con los cuales se compite, los cuales brindan cariño, afecto, respaldo y compañía, pero que también son contrincantes en la competencia. Ser deportista, en cierto sentido, implica administrar subjetivamente la alta competitividad individual, con la necesidad y el deseo de construir vínculos emocionales con los colegas del deporte al cual se pertenece.
Otro de los desafíos del deportista competitivo que gana es la relación que construyen con contrincantes menos sobresalientes, lo cual nos invita a pensar algunos aspectos de la ética del competidor. Al respecto, los deportistas # 4 y # 5 expresan:
Deportista # 4: “Sí, una vez en un departamental, yo gané, pero ese día no me sentí bien, porque salí peleando con los jueces y otra gente porque los competidores no tenían mucho nivel, después me di cuenta que fue una actitud de prepotente, y eso me enseñó a ser humilde”.
El deportista # 5 expresa, “¡Si, claro! Por ejemplo, una vez llegamos a Cartagena y yo quedé de primero, pero la verdad eso no me llenó, no tuvo la relevancia, sentí que no valió la pena el viaje, no me llenó para absolutamente nada. Pues era un campeonato de verano y los contrincantes eran muy fáciles.”.
Estas experiencias exitosas, en ambos deportistas, revelan producciones subjetivas contra-intuitivas ligadas a sus valores como competidores. En el caso del deportista # 4, él hace una reflexión pertinente alrededor de su posicionamiento frente a una competencia en la cual estaba por encima, deportivamente, de sus adversarios. Estos dos participantes nos enseñan hasta qué punto el deporte competitivo no es simplemente ganar, sino ganar frente a adversarios que sean desafiantes. De alguna forma, la subjetividad social del deporte competitivo promueve lo siguiente: ganar fácilmente genera vacío, y esto a veces se desdobla en comportamientos cuestionables éticamente, como bien lo comenta en la dinámica conversacional el deportista # 4.
Experiencias Subjetivas Asociadas Al Lugar Y Espacio De Entrenamiento Y Competición De Los Deportistas
Esta última categoría, procuramos conocer algunas producciones subjetivas desarrolladas en el locus deportivo: entrenamiento y competición. Todos los deportistas consideran que el lugar de entrenamiento es un espacio que les brinda comodidad, algo así como su segundo hogar. Al respecto, el deportista #1 dice: “Es como cuando uno llega a la casa, uno llega y se siente cómodo, es como si siempre conociera ese lugar.”. El deportista #3 resalta, como lo enfatizó en sus relatos anteriores, el lugar de entrenamiento como un espacio que le representa la unión y la familia: “somos muy unidos, es una familia, y en Cali, yo la voy bien con todos, a pesar de que hay un ambiente pesado entre ellos, y pues trato de no complicarme.”. En general, la forma como el deportista subjetiva el lugar de entrenamiento le permite encontrarse así mismo, sentir una satisfacción por lo que hace, sentirse motivado. Incluso aquellos deportistas con miedo al éxito atribuyen, al local de entrenamiento, una cualidad de filiación y encuentro con el otro. Finalmente, el deportista #5 dice: “Al principio yo entré con la idea de aprender y bajar de peso, después empecé a hacer amigos por muchos años, luego se convirtió en el lugar donde yo me encontraba, donde podía llegar del humor que fuera, pero salía contento”.
Este último relato nos hace pensar que, en algunos deportistas, la relación con el trabajo supera las lógicas funcionalistas y productivistas que suelen atribuirse a este oficio. Estar dentro del espacio de entrenamiento, para el deportista # 5, implicaba nuevos desdoblamientos tanto físicos como subjetivos en su desarrollo humano. Esto, además, nos hace pensar que la relación entre deporte, competición y placer puede tener una relevancia fundamental para el propio desarrollo subjetivo del individuo.
En cuanto al significado que tiene el entrenamiento para el deportista, cuatro de ellos consideran que este les permite mayor crecimiento personal, tener mejor actitud para enfrentar las vicisitudes de la vida en general y sentir satisfacción. Así, el Deportista #1 comenta: “Siempre he creído que el entreno lo es todo, tiene que entrenar tan fuerte, que cuando vaya a competir no sienta ningún tipo de molestia, además que ha ayudado en gran parte a formar mi carácter”. A ese respecto, el deportista #2 refiere: “Es muy importante porque le ayuda a superarse a uno, al salir del entrenamiento cada día uno sale mejor, sale uno más grande, sale más fuerte y pues sale una persona diferente, de que cumplió uno con el deber de ir a entrenar, de la satisfacción de que uno ya logró el objetivo de ir a entrenar.”.
Para el deportista #3 el entrenamiento le genera satisfacción al “prepararse no solo para una competencia sino para la vida”. Finalmente, el deportista #5 dice: “es muy significativo para mí el entreno, pues es un lugar de encuentro positivo, yo quería conseguir algo y era el lugar donde lo quería conseguir, era todo”
Vemos, una vez más, como la subjetividad del deportista competitivo es la síntesis de un sistema configurado a partir de experiencias producidas en múltiples espacios sociales, (familia, amigos, barrio y otras instituciones), las cuales pueden ser potencialmente generadoras de reflexividad y autocrítica. Esta capacidad reflexiva es una de las características de lo que se denomina sujeto (González-Rey, 2009), el cual se enfrenta a situaciones tensas y contradictorias entre lo social y lo individual. En los relatos anteriores, reconocemos procesos subjetivos vinculados a la acción deportiva, lo cual está cargado de emociones y significados mutuamente configurados como unidad. Para terminar, mencionaremos algunos aportes que el deporte les ha dejado a los deportistas, en su experiencia subjetiva:
Deportista #1: “Amistades, alegrías, recuerdo de lugares, de personas. Ha plasmado en mí parte de mi carácter, me ha formado como persona, soy una persona que a veces no me da miedo tomar el riesgo, no sé… creo que el éxito en el deporte en mí se ve más reflejado en mi vida cotidiana que en el mismo deporte.” Deportista #2: “Me dejó mucho carácter, el saber competir, el saber afrontar los problemas, el saber decir que no y el carácter ante la vida, el levantarme y el seguir luchando si uno se cae, a soportar las cosas y las adversidades de la vida.”
Deportista #3: “El judo es mi primera familia, más que el mismo colegio, el judo me formó como persona, el judo es un deporte de formación, me ha formado como persona, yo soy muy amable, muy tranquilo, no me gusta pelear con nadie, trato de hacer las cosas bien, de relacionarme con la gente nueva, de tratar de compartir, el judo me dio todo, todo, lo que conozco, las oportunidades de estar en otro país, ser judoca no es ganar, ser el mejor, sino formarse como persona en todo sentido.”
Deportista #4: “Me ha dejado todo, la disciplina, el carácter, el nunca rendirse, salir adelante, la salud” y finalmente el deportista #5 responde “El deporte me hizo la otra mitad de mí ser, porque aprendí en mi casa, con mi familia la formación, pero cuando entré al deporte conocí de todo, que significa todo, se convirtió más que en un estilo de vida, una vida misma”
El deporte, con todas las contradicciones que hemos ido proponiendo a lo largo del documento, se ha constituido para los deportistas como un campo potencial de subjetivación en las que son posibles varias producciones subjetivas: 1. Afrontar los desafíos, sin desfallecer; 2. Ser parte de una comunidad emocional; 3. Aprender valores éticos, tanto en el deporte como en el ser persona; 4. Desarrollar un estilo de vida alrededor del deporte.
Discusión
La complejidad que hemos mostrado del contexto deportivo y competitivo por el manejo de expectativas, tensiones y contradicciones, tanto para el deportista en sí mismo, como para la subjetividad social en la que se encuentra vinculado, desencadena producciones subjetivas relacionadas con múltiples elementos de la vida como la familia, la amistad y la relación con el entrenador. En la construcción de información hemos mostrado cómo el deporte no es solamente una actividad técnico-racional, sino también una experiencia emocional que posibilita reflexiones que pueden desdoblarse en reconfiguraciones en la personalidad del individuo deportista.
En cada experiencia deportiva, si bien existen aspectos similares dentro del conglomerado social, hay una condición de singularidad que nos hace ratificar cómo cada proceso es único e irrepetible (González-Rey, 2007b). Esta afirmación es apoyada también por autores expertos en psicología deportiva (Feldman, 1995; Eysenck, 1970; Cattell, 1965; Allport, 1961; Atkinson, 1953; Morgan, 1980; Weinberg y Gould, 2007; Vealey, 2002; Dosil, 2008), cuando concluyen que ningún deportista puede ser medido de forma normatizada.
La teoría de la subjetividad de González-Rey nos ha permitido mostrar que la experiencia deportiva está cargada de múltiples paradojas subjetivas. Por ejemplo, logramos explicar la relación compleja que tienen éxito y motivación, la cual no es posible de ser entendida en términos correlacionales. Por el contrario, nuestra comprensión del fenómeno nos ha posibilitado conocer que tener éxito deportivo, en la experiencia singular de cada individuo, puede ser generador de significados y sentidos subjetivos vinculados a una desmotivación por seguir entrenando y ganando competencias. Esta desmotivación deportiva debe ser entendida en la complejidad de cada caso individual, lo que a su vez alimenta recursos de inteligibilidad para pensar la subjetividad social del mundo competitivo.
De igual manera, hemos comprendido que el mundo subjetivo deporte va más allá del logro de un buen resultado, sino que varios deportistas han asumido la competición como un verdadero espacio de crecimiento, progreso y superación personal. Estos aspectos, poco visibilizados dentro del campo de la psicología del deporte de inspiración funcionalista, van más allá de la situación objetiva del productivismo competitivo, y se integran a lo que llamamos como desarrollo subjetivo (González-Rey y Mitjáns-Martínez, 2017b).
Respecto a las respuestas generadas en situaciones de pérdida de una competencia, mostramos el carácter nuevamente paradójico de la subjetividad: por un lado, los deportistas significaron el perder como una nueva posibilidad de aprender. Por otro lado, entendimos que muchos evitan ganar, por temor a los desdoblamientos subjetivos que han experimentado, tales como perder la disciplina y la motivación por el entrenamiento y la propia competición. En este sentido, sentirse apoyado, acompañado y respaldado por la familia, los amigos y el entrenador, suele ser sumamente relevante para la recomposición subjetiva del individuo frente a las metas deportivas.
Por último, y desde la psicología deportiva, especialmente desde el área práctica-aplicada, este estudio permitió abordar la experiencia subjetiva del miedo al éxito y avanzar, así, hacia la construcción de un modelo teórico que permita explicar algunas situaciones de abandono prematuro de deportistas competitivos. El fenómeno aquí abordado está tomando mayor presencia en el ámbito del deporte competitivo, por lo cual la Teoría de la Subjetividad de González-Rey puede generar valiosos aportes teóricos y metodológicos para que los psicólogos del deporte puedan entender, asesorar e intervenir al deportista, posibilitando un rendimiento deportivo articulado a su desarrollo subjetivo.
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